El bueno de Peter se tiene que enfrentar a la realidad, a una realidad que se asemeja a un cómic de mal gusto. ¿De qué podría trabajar Spiderman? Podría emplearse en la construcción, sería el más rápido transportando el material. Sin embargo, parece, que hasta que no lleguen Eurovegas, los JJOO - véase sección de deporte y políticos de élite -, o la duodécima Feria Local e Internacional de la Poda del Arandano (FLIPA), no se va a enriquecer ninguno con el ladrillo, ni siquiera las personas que trabajan en este sector. Por otra parte, Peter podría ser modisto y crear trajes de noche con tela de araña; innovadores, sensacionales. Sin embargo, sería complicado introducirle fácilmente en el círculo de los/as grandes modistos/as que sí están de moda. Otra posibilidad: Peter podría ser informático en sistemas de redes. Sin embargo, quizá, tendría que aclarar ciertos conceptos tecnológicos que no le hicieran agrupar los ordenadores mediante telas de arañas. ¿Y si Peter fuera camarero? No se le caería ninguna consumición. Sin embargo, ¿con que mano las serviría? Imposible. Una última idea. Peter Parker con todas sus exageradas posturas de bailarín, con sus vertiginosos cambios de vestuario, con su rictus serio cuando hay que ponerse serio, podría ser actor. Quién sabe si algún día podría llegar a interpretar el papel principal en una película de Spiderman, o dos, o tres. ¿Cuántas son? Habrá que recomendarle esta opción.
De regreso a la realidad, tenemos que creernos súper héroes/heroínas para afrontar el reto de un cambio laboral que suponga la elección de otro objetivo profesional, en esta coyuntura. En la práctica, el método a desarrollar para la elección de un nuevo objetivo laboral es similar a la confección de una buena lista de la compra: valoración de nuestra formación, experiencia y competencias laborales; reconocimiento del mercado laboral y, sobre todo, tener en cuenta nuestras competencias humanas o personales. Este aspecto es fundamental para la elección de un adecuado objetivo. Tan importantes como las cuestiones técnicas que controlamos son las competencias personales con las que contamos. Nuestra actitud para afrontar problemas; nuestra capacidad de comunicación; nuestra versatilidad para tomar decisiones, para tolerar la frustración; nuestra facilidad para trabajar en equipo,... Estos aspectos nos pueden llevar a la consecución de unos objetivos de empleo satisfactorios que se conviertan en una alternativa real laboral, igual que le podría suceder a Peter haciendo el papel de su vida como Spiderman. Ya se sabe, difícil reto el de superhéroe o de la superheroína en los tiempos que nos ha tocado vivir.