Cuando programé todo esto de las metáforas de la búsqueda de empleo no fui consciente de que se iban encadenar dos textos de origen común. Hace un mes fue acerca del animal cancerbero de la mitología griega. Igualmente, proceden de este enclave cultural los cantos de sirena de esta metáfora veraniega. Aún recordando más, me imagino a mí mismo leyendo la Odisea de Homero en un tren regional que recorría la curvada Cantabria. Será que siempre se retorna a nuestros orígenes y referencias.
Siguiendo el cauce de un río, sabemos por la filosofía griega el incesante fluir que éste tiene. Por la óptima ciencia de la observación, concluimos que el agua renace en el mar. El mar es tan inmenso, tan abundante, que invita a la ensoñación. ¿No oís ningún canto de sirena?
Ven, ven, susurraban las sirenas a Ulises, para entretenerle en su regreso a Ítaca, allá donde esperaba tejiendo Penélope. El viaje de Ulises es clave para entender la aventura en estado puro. En el simple hecho de viajar, el protagonista se va encontrando ante distintos retos que marcan su destino. Lejos de regresar a su tierra, la vida de Ulises y sus acompañantes, queda marcada en la pelea vital por sobrevivir ante muros infranqueables. Quizá sobre este asunto pudiera haberse definido el muro inicial de las metáforas para la búsqueda de empleo. Quizá, también, Ulises no sea un ejemplo que respete la igualdad de género. Quizá. Entendamos entonces que todo se debe a nuestra necesidad de referenciar el pasado para cambiar el futuro, en un presente que deseamos adecuado.
Al grano: Ítaca, ¿qué imagen representa en la búsqueda de empleo?, ¿quién es Ulises?, ¿y las sirenas? Escucha, escucha a las sirenas, sus cantos brotan de tu ordenador...Las respuestas son sencillas. Ítaca, es nuestro deseo por acceder al empleo y el viaje, el proceso vital que vamos experimentando. Ulises somos nosotros (vosotras), personas posicionadas en un entorno que creemos controlar, dispuestas a solucionar cuantas aventuras -problemas- vayan surgiendo. ¿Y las sirenas? Las sirenas son las teclas del ordenador, que suenan cuando escribimos. Las sirenas son el pequeño motor que encierra nuestra CPU, son el sonido de inicio y final de Windows. Las sirenas son el manido icono que da pie a la conexión en la red. Las sirenas, tan necesarias pero tan entretenidas.
En los últimos años, exponencialmente, la dependencia a la informática ha aumentado. No sólo se ha ubicado en el entorno laboral, sino también en el quehacer diario. En la búsqueda de empleo se ha situado como la única herramienta para acceder al mercado laboral. Esas son nuestras sirenas. Las sirenas nos hacen pasar las horas frente a una pantalla del ordenador o el móvil "atabletado", da igual el tamaño que tenga, y nos hacen pensar que estamos accediendo correctamente al empleo deseado. Internet se ha convertido en un fin y eso es un error. Sin tener que encadenarnos a un poste, podemos disfrutar de la melodía informática pero utilizándola adecuadamente.
El método aparentemente es sencillo. Toda oferta está asociada a una empresa. Nuestro objetivo es averiguar el nombre de la empresa. Como en internet se dispone de toda la información, seguro que en la red aparece el número de teléfono de esa entidad. Prueba a llamar y pregunta por los/las cancerberos/as, pude ser que quieran escucharte, simplemente porque necesiten a una personas con un perfil como el tuyo. Las sirenas, en este caso, han pasado de cantar a tener una voz, un nombre y, es posible, que hasta se las pueda conocer en persona. De esta forma, dejaremos que Ulises se dedique a sus aventuras, que Ítaca sea el "lugar común" más representativo de occidente, y que Penélope, quién sabe, pueda convertirse en la heroína de la historia, porque ella lo haya decidido y no por imposición.
Buen verano, si lo hay, seguro que sí. Hasta septiembre.