A través de este espacio virtual, mensualmente, profundizaremos en estos asuntos de la búsqueda de trabajo. Intentaremos hacerlo desde un punto de vista menos habitual. Nuestro propósito será convertir eso que dicen que buscar empleo es un trabajo en si mismo, en algo entretenido. ¿Os apetece?
Primeramente mezclaremos bien el azar - o casualidad - con el tiempo que dedicamos a buscar trabajo. Añadiremos una pizca de objetividad, y cuarto y mitad de imaginación. Pondremos agua en la misma proporción que aceite. Removeremos hasta que quede como una salsa espesa. Ya casi lo hemos conseguido. Únicamente falta esparcir el producto por encima de todas y cada una de las acciones que realizamos en la búsqueda de empleo. ¿Podéis verlo? ¡Aquí tenemos las metáforas de la búsqueda de empleo!
Antes de continuar, quiero aclarar una cuestión. Sé que esta información puede provocar algunas dudas. Habrá quien piense, para qué sirve esto, o acaso leyendo este texto encontraré un trabajo. Por mi experiencia no podré decir que imaginando metáforas se encuentra un empleo. Sin embargo no me equivoco si afirmo que utilizando otras alternativas y estrategias, el enfrentamiento ante este reto será más motivante. A veces, equivocadamente pensamos en el resultado sin plantearnos cómo podemos mejorar individualmente durante el proceso.
Iniciamos el viaje. Antes de partir, hay que reconocer qué vamos a hacer, por dónde iremos y durante cuánto tiempo se prolongará esta actividad. Aparentemente esta cuestión es sencilla. La búsqueda de empleo podemos imaginarla como un camino, en el cuál estaremos un tiempo determinado y con el propósito de encontrar un empleo o mejorar a través de otra relación laboral. En este camino, actual y coyunturalmente hay un muro. Me imagino que habréis oído hablar de este obstáculo. Le llaman crisis y dicen que es imposible de sobrepasar. No hace demasiado tiempo, en lugar de esta complicación, había algunas piedras esparcidas por el camino. Tenían distintos tamaños. Dependiendo de la graduación del sol y de quien las observara podían ser más o menos grandes, pues su sombra variaba puntualmente. Sin embargo en la actualidad es diferente. Parece que todas las piedras de todos los caminos han acordado unirse e impedir nuestro propósito. Aparentemente el muro tiene unas dimensiones desconocidas: es tan ancho que no permite ver la luz ni golpeándolo indefinidamente con un tronco, es extenso, y tan elevado que parece formar parte de las nubes. La verdad es que esta primera visión metafórica puede que nos haga desistir de nuestro empeño de acceder al mercado laboral
Para concluir esta primera metáfora, imaginemos cuántas personas hay en el camino. Seguro que está poblado. Llegado el caso, si nos enfrentáramos todas las personas al muro al mismo tiempo, podrían darse resultados dispares. Es posible que cundiera el pánico por intentar traspasar el muro sin un criterio común. Entonces, el éxito de algunas personas, supondría el fracaso de otras muchas. Otra posibilidad podría ser que nos organizáramos en nuestro cometido. El resultado sería distinto al anterior, el éxito sería compartido, aunque a algunas personas les llegara éste antes que a otras. Es una cuestión de paciencia, quizá de tomarse la búsqueda de empleo como si de un trabajo se tratara.