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Metáforas para la Búsqueda de Empleo: Comerciales

letras que ponen bacalao

Continuamos en la brecha, sin duda. Seguimos una vía en la búsqueda de empleo que este mes nos ha llevado hasta este lugar sorprendente. Una metáfora trascendental: la suerte del/la comercial.


Comencemos con un silogismo rotundo, porque este mes lo valemos y mucho. Comienzo. Si nosotros/as somos nosotros/as mismos/as, y nosotros/as  mismos somos quienes mejor nos conocemos, entonces nosotros/as  sabemos quienes somos. Al saber quienes somos,  digo yo, somos quienes mejor podemos hablar de nosotros/as  mismos/as. Es decir, en términos de marketing actual y modismos eclécticos, podemos ser perfectamente el referente de nuestra marca personal.

Y, de paso, como seguimos siendo, somos nuestro conocimiento y nuestra forma de actuar, presente, pasada y futura. Llevado este atropello lingüístico a esto del trabajo, ¿qué tenemos que hacer, por tanto, para encontrar empleo? Preguntas y repuestas rápidas. Tenemos que vender bien, ¿a quién? A nosotros/as mismos/as.

Quien busca empleo ha de ser un buen comercial, el/la mejor que represente sus propios intereses; a él mismo o a ella misma. Últimamente la coyuntura, es decir lo que en estos días se comenta tanto y que hace referencia a la economía, ha provocado que tengamos que ser nuestros mejores embajadores. Eso sí, tanta concesión sobre nuestras potencialidades implica que si no se alcanza el objetivo parezca que nos hemos quedado fuera de juego. Y eso tampoco es. Las cosas hay que hacerlas sin frustrase pero exigiéndose.

Al asunto, imaginemos una situación que provoque nuestra reflexión y de paso un posible cambio a realizar. Entramos en un ultramarinos, supermercado, hipermercado, colmado o pulpería. Nuestra misión es introducir nuestro objeto entre la lista de productos en venta en ese supermercado. Sabemos que tenemos entre manos el mejor bacalao del mundo, con su buena etiqueta, su buen nombre, "bacalao para sobraos" , y un precio excelente dentro de su categoría. Digamos que el bacalao es nuestro CV. Luego estamos nosotros/as, que tenemos que llevar en mano el bacalao. Contamos con la ventaja del producto, qué duda cabe, pero, claro, delante del tendero, tenemos que mostrarnos como los/as mejores, él no quiere perder un céntimo de Euro. Una situación similar podemos vivenciar ante los/as cancerberos/as de despacho, es decir, si no leísteis aquella metáfora, las personas encargadas de la selección.


En consecuencia, a la presentación del bacalao iré bien vestido, pareciéndome a mi mismo, manteniendo la mejor imagen que pudiera tener. Sabré qué decir, en qué momento y, sobre todo, diciendo que lo que yo ofrezco, mi bacalao - mi CV -
es el mejor producto que podrían encontrar en ese momento a este precio, que esa es otra.


-Miré usted el bacalao que le traigo, "bacalao para sobraos". Mi nombre es fulanito/a, estoy vendiendo bacalao y puede contar con mi producto cuando quiera. Estoy disponible para que usted solicite la cantidad que desee, en el momento que lo necesite. Tengo experiencia en la venta del bacalao desde hace diez años - por ejemplo -. Elaboramos lo mejor al precio más competitivo.

Si usted lo vende aquí, mañana me pedirá más porque se habrá quedado sin él. Seguro. Confíe en mí. Confíe en bacalao para sobaos, perdón, sobraos. 

De vuelta al escenario del mundo, ser el/la mejor comercial de uno/a mismo implica tener una autoestima adecuada.
¿Qué es el autoestima?, podríais cuestionaros. La autoestima implica el conocimiento que tenemos acerca de nosotros para poder mostrar con seguridad nuestras competencias y expresar igualmente nuestros intereses y opiniones.


La autoestima no debe en ningún caso estar muy elevada ni, por supuesto, demasiado baja. Además, comerciales buenos y buenas son los/as que saben canalizar la motivación e intereses por el producto que ofertan , en estas, ellos/ellas mismos/as. Y más: los y las comerciales saben expresarse en su justa medida y, por encima de otras cosas en eso de la comunicación, saben escuchar, contestar y trasmitir seguridad en su conversación.


Un o una comercial tiene alternativas ante la adversidad en general o ante cualquier pequeño detalle imprevisto. Este/a imaginado/a comercial resiste, se sabe, no el/la mejor, pero sí lo suficientemente competente como para conseguir lo que desea. Este proceso permite al buen/a comercial continuar persiguiendo su cometido. Y en la búsqueda de empleo la constancia es una variable que asegura el éxito. Así que, por qué no vas a poder tú venderte bien a ti mismo si otros/as
promocionan su bacalao como si fuera fresco y del Levante, incluso sin ser bacalao.


Por último una frase para el olvido: cree en ti así como lo demás creen en si mismos/as