Para que los trabajos de cuidados, tradicionalmente considerados como femeninos y asumidos por mujeres, se reconozcan y se valoren como lo que son: fundamentales para el sostenimiento de la vida y para que funcione cualquier sociedad.
Para que el Estado, empresas, comunidades, hombres, niños y adolescentes, asuman la parte de responsabilidad colectiva que tienen en el trabajo de cuidados.
Para que no se vulneren los derechos de mujeres y niñas en los países empobrecidos, como consecuencia de la obligación de asumir el cuidado de los demás.
Para que los Centros Educativos y sus entornos se conviertan en espacios sostenibles y sean reconocidos públicamente como tales, incorporando la ética del cuidado en todos sus ámbitos de trabajo.
Para que el sistema educativo formal incorpore los cuidados en los contenidos curriculares y en las metodologías educativas.
Para que las instituciones públicas visibilicen y valoren los cuidados como imprescindibles para el sostenimiento de la vida y el funcionamiento de la sociedad.