Esta doctora en neurocontrol motor lucha por mejorar la vida de personas con movilidad reducida, aquejadas de esclerosis o un ictus, aplicando las nuevas tecnologías.
La obsesión de Charo Ortín es engañar al cerebro. Sirviéndose de gafas de realidad virtual (VR), esta doctora en neurocontrol motor estimula las neuronas espejo —las que actúan por imitación— de personas que han sufrido un ictus, o que tienen un tumor cerebral o una esclerosis. Luis, uno de sus pacientes, se tumba y mueve repetidamente una pierna y el pie, hasta que sus extremidades tiemblan ligeramente sin control. Sin embargo, en cuanto se pone las gafas de VR y ve en la pantalla una pierna que simula ser la suya, el temblor desaparece.
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