Penélope González-Sampériz, trabaja en el Dpto. de Procesos Geoambientales y Cambio Global del Instituto Pirenaico de Ecología – CSIC, y hoy tenemos la suerte de que comparta su trayectoria con www.igualate.org
Además, soy miembro de la Comisión Mujeres y Ciencia del CSIC desde hace dos años, como representante del área de Recursos Naturales
1. Penélope, ¿podría contarnos a qué se dedica?
Soy Licenciada en Geografía y Doctora en Historia, y mi especialidad es la Palinología. Investigo sobre los cambios de paisaje vegetal que han ocurrido en el pasado, intentando averiguar qué causa estos cambios (¿variaciones naturales del clima?, ¿la acción del hombre?, ¿otros factores?), y qué consecuencias tienen en los ecosistemas y en las sociedades humanas. Gracias a la existencia de granos de polen y esporas fósiles que se conservan en diferentes medios (lagos, turberas, cuevas, yacimientos arqueológicos al aire libre, etc.), con la Palinología puedo identificar qué plantas van apareciendo y desapareciendo en un sitio y momento concretos, de modo que tomando como ejemplo lo que ha ocurrido en el pasado, podemos predecir (y prevenir) mejor, los efectos que el actual cambio climático va a tener en nuestro planeta y en nuestra civilización. ¡Hay que estudiar el pasado para poder pronosticar bien el futuro!
2. ¿Le ha resultado fácil realizar su labor en nuestro país? ¿Siente que la ciencia está olvidada por las instituciones?
Me considero una privilegiada por poder desarrollar mi carrera científica en mi país, pero creo que me estoy convirtiendo en una especie en peligro de extinción. Pasé una etapa postdoctoral fuera de España muy enriquecedora, en Francia, pero pude volver y revertir la inversión hecha en mí consiguiendo una posición permanente en el CSIC, justo antes de que la ciencia en España entrara en una etapa de decadencia que la ha llevado prácticamente al colapso con la crisis económica.
Nuestros políticos no sólo no apoyan la investigación, sino que prácticamente han destruido la posición que España estaba empezando a alcanzar en el ámbito científico mundial, y se podría decir que aplauden (o no les preocupa en absoluto) la tremenda pérdida de cerebros que estamos sufriendo. Invertimos mucho dinero en formación, pero luego dejamos que se pierda o que otros países se beneficien de ello… Una estrategia muy poco inteligente la verdad. En término de recursos humanos y apoyo económico, estamos más que olvidados por las Instituciones, somos un auténtico cero a la izquierda. Desgraciadamente, actualmente en España se reduce la inversión en ciencia (y otras necesidades sociales) como consecuencia de la crisis económica, en lugar de pensar en un modus operandi para salir de la crisis basado en investigación e innovación, como ocurre en otros países desarrollados.
3. ¿Qué cree que influyó para elegir su objetivo profesional? ¿Recuerda alguna situación concreta, recomendación, persona…que pudiera influir de manera directa en su elección?
Mi objetivo profesional ha estado siempre determinado por la curiosidad y la necesidad de conocimiento… Cuando algo me interesa quiero saber más. Soy una persona muy inquieta y ya durante mis estudios universitarios tenía claro que no quería que llegara un día en el que eso se acabara. Por ese motivo, cuando dos profesores míos me plantearon en 4º de carrera (entonces duraban 5 años), que hiciera una Tesis Doctoral para intentar responder a las preguntas que me hacía, no lo dudé ni un momento. Fueron la catedrática de Prehistoria y el catedrático de Geomorfología Climática de la Universidad de Zaragoza, donde estudié, y tanto ellos como mis directoras de Tesis, ambas mujeres y excelentes investigadoras, se convirtieron en mi modelo a seguir. Resulta esencial tener referentes femeninos, modelos en los que fijarte, pero no es fácil encontrarlas porque la ciencia, históricamente, no se ha escrito con nombre de mujer, y apenas aparecen aportaciones de científicas en libros de texto, premios relevantes de excelencia, etc.
Además, por supuesto, el apoyo de mi familia ha sido siempre determinante. Primero mis padres, y luego mi pareja y mis hijos, hacen que resulte fácil disfrutar de lo que haces.
4. ¿Has encontrado dificultades específicas por ser mujer y dedicarse a la ciencia e investigación?
Cada vez que nos hacen esta pregunta la mayoría de las mujeres científicas que trabajamos en investigación solemos responder que no rápidamente, pero si lo meditamos un poco y hacemos memoria, en realidad nos encontramos con cantidad de situaciones en las que, sin darnos cuenta a priori, las dificultades y discriminación estaban ahí. Comentarios inapropiados, casi de manera continuada, son el día a día. Pero ya como temas de fondo, no sólo la maternidad supone una importante “mochila” inherente a nuestra biología, sino que intentamos movernos con la mayor soltura posible en un mundo y un sistema ideado y liderado por hombres, y eso implica, necesariamente, que nos encontremos con dificultades importantes. Hay muchas cosas que las mujeres haríamos y plantearíamos de manera diferente, también en ciencia e investigación, de modo que aportaríamos otra perspectiva llegando a un resultado más enriquecedor (resultado matemático de la diversidad), pero si queremos estar ahí, debemos adoptar un rol bastante masculino o difícilmente tenemos cabida. Cuesta cambiar las cosas, pero estamos trabajando para conseguirlo y, por el momento, al menos, ya se ha conseguido que se hable de ello.
5. ¿Considera que es un sector que NO está libre de la brecha salarial y de mujeres en puestos de decisión?
Por supuesto que no está libre. Hoy en día, las mujeres obtienen el 65% de las titulaciones universitarias, con los mejores expedientes. Más del 45% de las Tesis Doctorales realizadas también son de mujeres. Pero si se continúa en la carrera científica, la tendencia cambia y se invierte. Es un hecho común a los países de la UE y las cifras dan lugar a las conocidas como “gráficas en tijera”, representadas en todos informes sobre la conciencia de género en la ciencia que existen a escala mundial. Conforme se avanza en la carrera profesional, el número de mujeres en escalas más altas, desaparece o disminuye significativamente. Es el reflejo de una realidad social que alcanza todos los ámbitos, incluido el académico, y que en muchos casos esconde una invisibilidad, un sesgo inconsciente, pero real y persistente. Es el llamado “techo de cristal”, y resulta muy complicado romperlo.
El CSIC es la mayor institución pública dedicada a la investigación en España y la tercera de Europa. Desde su creación, arrastra una baja presencia de mujeres, sobre todo en las escalas de mayor nivel académico. Desde octubre de 2017, y por primera vez en su historia, una mujer ocupa la Presidencia del CSIC, y también de manera pionera, una investigadora ejerce las funciones de Delegada Institucional del CSIC en Aragón, y una mujer es, por primera vez en sus 75 años de historia, Directora del Instituto Pirenaico de Ecología, el centro en el que trabajo. Son pequeños avances, pero importantes por la visibilidad que implican, aunque las cifras “reales” del conjunto de mujeres en el CSIC siguen siendo muy negativas.
6. Si la carrera científica es vocacional, ¿cómo podemos despertar el interés de las niñas?
Resulta absolutamente necesario ofrecer referentes femeninos del mundo de la ciencia a la sociedad actual, y a los jóvenes en particular. Y el modo de conseguirlo es la divulgación científica.
Por eso, llevo muchos años realizando talleres destinados a educación primaria (el más veterano “En busca del polen perdido”), impartiendo charlas a diferentes niveles académicos de CEIPs e IES, y desde el año pasado lidero el proyecto ‘¿Hay alguna científica en la sala?’ (HACES), una exposición de 27 paneles que muestran la situación actual de la mujer en el mundo de la investigación y las aportaciones que realizamos las mujeres del IPE-CSIC. Este proyecto persigue tres grandes objetivos: (i) despertar vocaciones científicas, dando visibilidad a mujeres que se dedican a investigar en Aragón, (ii) mostrar la relevancia de su trabajo y aportación a la sociedad como investigadoras y tecnólogas, (iii) invitar a la reflexión sobre el papel de la mujer en la Ciencia y la cuestión de la conciencia de género en la sociedad en general.
HACES lleva funcionando desde marzo de 2017 y hasta hoy, ha estado en 12 Institutos de Educación Secundaria y ha sido visitada por más de 2000 estudiantes de ESO y Bachillerato de Zaragoza, Huesca y Teruel, además de haberse expuesto en espacios públicos de Zaragoza como el Centro de Historias, donde acudieron a verla más de 6000 personas (ver enlaces a web divulgación del IPE y videos “Las científicas del IPE responden” al final de este texto). El alcance ha sido tremendo, y ésa es la vía de actuación: las aulas. Si mostramos que existimos y lo que hacemos, enseñamos que trabajar en ciencia e investigación es una salida profesional “real”, tanto para mujeres como para hombres. Posiblemente así, las niñas y los niños dejarán de asociarla a algo exclusivamente masculino.
7. ¿Piensa que el futuro de la ciencia se escribirá en femenino?
Lo deseo con todas mis fuerzas y creo firmemente que será así.
Desde 1901 a 2013, más de un siglo, se ha galardonado con un Premio Nobel a 876 personas, de las que sólo 44 eran mujeres (un 5,02%, y 38 de ellas son Nobel de la Paz, Literatura y Medicina-Fisiología, áreas tradicionalmente asociadas a «lo femenino»). El panorama de otros premios como los nacionales Príncipe de Asturias (hoy día, ya Princesa de Asturias), no es mejor. Los de Investigación Científica y Técnica se otorgan tradicionalmente de forma colectiva, pero han sido concedidos a un total de 64 hombres y sólo 2 mujeres entre 1981 y 2013. Y esto no varía. Ni en 2016 ni en 2017, la academia sueca ha considerado merecedora de un Nobel a ninguna mujer. Tampoco los Princesa de Asturias han destacado por un incluir mujeres entre sus galardonados. Más bien lo contrario. Pero este tipo de datos empieza a llamar la atención negativamente.
No podemos desaprovechar la oportunidad que nos están brindando, por ejemplo, los medios de comunicación durante estos últimos meses. Que se hable de algo, que se identifique como “problema” y se sea consciente de una realidad injusta, es el primer paso para que mejore, para que cambie, y ese primer paso se está dando hoy, así que espero que no haya marcha atrás y podamos dejar de hablar sobre este tema en la próxima generación.
Penélope nos deja su perfil y enlaces recomendables:
www.ipe.csic.es/gonzalez-samperiz-penelope
Hay alguna científica en la sala? https://divulgaipe.com/hay-alguna-cientifica-en-la-sala/
https://www.youtube.com/watch?v=dkgkcTLnq64
alacarta.aragontelevision.es/programas/canal-saturno/cap-67-06032018-2358
(a partir minuto 27)