¿En qué consiste tu proyecto?
CmLópez es una firma de calzado artesanal donde la mujer cobra protagonismo en todos los aspectos. He abierto una tienda en la cual cada persona se hace su propio zapato. La clienta llega y se encuentra con las diferentes partes del calzado separadas y con muchas opciones para que elija cuál será su zapato ideal inventado por ella misma.
Aparte de poder escoger de principio a fin su creación, tenemos talleres para la modificación y creación de calzado, pudiendo cambiar zapatos antiguos que tengas en casa y ponerlos más bonitos, hasta poder aprender una nueva profesión y trabajar luego desde tu propia casa, tal y como empecé yo.
La tienda es una experiencia en sí, el único espejo que hay está colocado en una pasarela en la cual tienes que desfilar para poder llegar a verlos en tus pies, con lo cual llegas a ver tu creación con más motivación.
No he querido abrir una zapatería, no quiero que me tomen como ello, quiero que la mujer se sienta reina y diseñadora por un día. Quiero que cree algo suyo y luego lo luzca con más fuerza, que lo haga personal, exclusivo y único a su gusto y forma. Un zapato a su medida.
¿Cómo llegas a la zapatería artesana?
Trabajé durante 5 años en una zapatería convencional de dependienta y encargada, allí aprendí todo sobre el calzado y las clientas. Sabía qué les gustaba, qué les motivaba, qué se iba a vender más, dónde suelen doler los zapatos, etc. Aprendí también a gestionar una tienda, a contratar personal, recibir y mandar mercancías, hablar con proveedores, etc.
Todo ello me motivó a hacer un curso de diseño de calzado en el cual (no lo sabía antes de entrar), me enseñaron a hacerlos a mano sin necesidad de maquinaria. Entonces probé en casa a realizarlos de manera artesanal hasta que me salieron bien y pude venderlos.
¿Cuánto tiempo llevas con el proyecto en marcha?
Llevo dos años desde que comencé a hacerlos en casa y ya he estado en pasarelas (FW Madrid 2018, FW Alicante 2017), en colaboración con otras tiendas y he abierto la mía propia. Todo ha ido sobre ruedas.
¿Cómo tomaste la decisión de emprender?
Por las ganas que tenía de crear algo diferente y poder gestionarlo por mí misma. Quería cubrir las necesidades de las clientas que entraban en la zapatería en la que me llevé 5 años. Sabía todo lo que necesitaban y ahora quiero cubrir esas necesidades con mi esfuerzo y sus ideas.
¿Qué ha sido lo más difícil a lo que te has tenido que enfrentar?
La búsqueda de proveedores para la compra de artículos para el calzado al por menor. En España se concentran los proveedores de artículos para realizar el calzado en Alicante y sus pueblos. Allí venden al por mayor a empresas que fabrican diariamente miles de zapatos, al contrario que yo.
Cuando quise comenzar a formar mi pequeño taller en una habitación de casa, me tuve que marchar a Elda/Elche a comprar los materiales. Cogí mi coche y comencé a buscar proveedores, llamé a sus puertas y la mayoría me las cerraron en la cara. Nadie quiere ayudar y vender poco.
Este mundillo (en su inmensa mayoría), lo dirigen hombres y están acostumbrados a vender a firmas grandes y no atienden a “niñas” como alguno dijo.
Entonces lo que hice fue sacar mi arte gaditano y hacer reír a más de uno en vez de rogar. Saqué el optimismo que me caracteriza y llamé a todas las puertas habidas y por haber. Me hice amiga de algunos y ya fueron recomendándome los unos a los otros para que hicieran el favor de ayudarme a conseguir lo que ahora llamo “mi Imperio”.
Me volví de Elda/Elche con el coche hasta arriba de materiales y pequeña maquinaria para comenzar y sobre todo cargada de ilusión y dando las gracias por las personas que me ayudaron.
¿Qué es lo mejor de ser emprendedora?
La motivación de crear algo tuyo cada día. Cuando estás en una oficina, detrás de un mostrador o etc., no estás creando tu vida, estás conformándote con sacar adelante una empresa que no es tuya por un “precio” que no va a cambiar casi nunca.
Ahora yo me levanto para construir algo mío, tengo motivación hacia lo que hago y cada vez que recibo una llamada para colaborar con otra empresa/asociación en algo, siento que he puesto otro ladrillo más a mi Imperio. Siento que estoy construyendo mi futuro con mis manos y que los beneficios van a ser a causa de todo lo que yo me mueva y haga, que éstos no van a parar de crecer si sigo en movimiento.
¿Has contado con el apoyo familiar y redes de amigos/as, o han pensado, está loca, qué atrevida?
Casi toda mi familia está en Cádiz y no ha podido ayudarme físicamente, pero he sentido el apoyo de todos y cada uno de ellos.
La persona que más me ha ayudado es mi padre. Él vive en Madrid como yo y cuando decidí alquilar una nave para montar mi tienda/taller/escuela, entre los dos nos pusimos a realizar la obra. Levantamos muros, pusimos tuberías, enyesamos hasta el último centímetro, hicimos cemento a mano para cubrir el suelo, pintamos, etc.
Estoy orgullosa de decir que lo que he levantado no es solo abrir una tienda donde trabajar, es también haberlo hecho con mis manos y su ayuda. También se acercaron algunos días amistades a echar una mano.
Nadie me dijo “loca” pero todos me llaman “atrevida” porque no se atreverían a hacer todo lo que he hecho dejando sus trabajos y yendo a la aventura.
¿Y qué has aprendido en el proceso?
He aprendido y estoy aprendiendo que llevar una empresa sola es muy complicado y agotador, tanto físico como psicológicamente. Me encuentro en un punto en el que no puedo contratar y tengo que llevar todos y cada uno de los ámbitos que lleva una empresa, aparte de la elaboración del calzado de manera artesanal.
Si volviera atrás intentaría crear algo junto con alguien, aunque he aprendido que cuando te motiva algo propio, tu cuerpo rinde el triple. No te cansas de inventar, no dejas de pensar en ello, te despiertas con ánimo, quieres comerte el mundo y que te conozcan en todas partes, quieres ayudar a los demás con tu negocio y no solo lucrarte… Es muy bonito aunque agote.
¿Qué recomendarías a otras emprendedoras que están pensado en emprender?
Que se muevan todos los días. Tan solo con mandar emails o entrando en webs y conocer el ámbito en el que quieren moverse, ya es movimiento. Que estudien bien en lo que van a meterse, su público, cómo se publicita la competencia, dónde están situados, que se metan en internet a buscar y analizarlo todo hasta que puedan hablar de ello sin dudar.
Que no duden ni un solo momento en lo que van a hacer, pero que tampoco se cieguen en una idea, que escuchen a su alrededor si esa idea es buena. La cabezonería en estos casos nunca gana, hay que abrir el oído y analizar lo que les importa a los demás.
¿Tuviste más dificultades por ser mujer?
Aparte de los proveedores que son empresas dirigidas por hombres y te ven como una niña que no sabe dónde se mete, también los artesanos del calzado son hombres en casi su totalidad.
La artesanía del calzado es un oficio muy antiguo que ya no se aprende. Ahora hay máquinas en las que metes el zapato y en segundos está hecho. Nadie se esfuerza por aprender a montarlos teniendo ya estos métodos, pero yo di con varios artesanos en Madrid, uno de ellos fue mi profesor en el curso de diseño de calzado y por eso nos facilitó el aprender a hacerlos a mano.
Los artesanos se muestran reacios a enseñar a no ser que oferten algún curso, pero eso no es lo que más me dificultó el comenzar. Cuando las diseñadoras vamos a este tipo de trabajadores (todos hombres) para que nos hagan una muestra de algún zapato que tenemos en mente, a no ser que sea un zapato convencional, ellos se niegan a hacerlos.
Estos artesanos son ya hombres mayores que se cierran a su experiencia de toda la vida. Cuando les llega un zapato “estrambótico”, una de dos: o te piden muchísimo dinero y tiempo, o se niegan diciendo que “eso no se puede hacer”.
En mis comienzos sin tener taller, fui a informarme sobre mis diseños y todos y cada uno fueron descartándose por una causa u otra, entonces decidí con más veracidad abrir mi propio taller en casa, para que nadie pudiera decirme “esto no se puede hacer”, para intentar lo imposible antes de decir NO. Y los hice mal muchas veces pero nunca me dije y nunca diré a mis clientas que no hagan algo que les ilusione, se intentará cueste lo que cueste.
¿Qué tienen la artesanía de actual?
Sinceramente no he pensado en la artesanía como algo actual para hacerla partícipe de mi idea empresarial. He pensado en la artesanía porque creo que con las manos puedes hacer lo que quieras, lo que tengas en mente. No hay máquinas suficientes ni dinero para fabricarlas que hagan todas las ideas que se te vienen un día a tu mente. Tengo por bandera el “si yo lo quiero puedo hacerlo”, y ese es mi lema tanto para mí como para mis clientas. Quiero tener en mis manos el poder de crear lo más exclusivo para ellas y no depender de máquinas que estandaricen el proceso, que para eso ya hay muchísimas tiendas convencionales.
¿Te has visto alguna vez tocando fondo en el proceso de emprender y no conseguir tus propósitos? ¿Qué hiciste?
Sí, he tocado fondo, me he visto angustiada y he sentido la necesidad por un instante de abandonarlo todo. Este sentimiento no es raro que aparezca, somos personas y cada vez las cosas nos las ponen más fáciles día a día con la tecnología y etc. Debemos ser frías en esos momentos y no dejarnos llevar por los pensamientos negativos y vagos que nos invaden.
Tocar fondo también es bueno porque descubres todo lo que has hecho mal y lo cambias. Yo abrí mi mente a nuevas ideas, cambié la manera de hacer las cosas y las renové. Al final incluso te alegras de ver las cosas desde otra perspectiva, es como cambiar todo el mobiliario de tu casa para verla diferente y sentir que estás en otra nueva. No hay fondo malo, es mi idea.
Links:
www.instagram.com/cmlopezshoes
@cmlopezshoes
