Su vocación social se ha trasladado también a la acción a través de su Fundación y de diversos proyectos de cooperación, ¿qué puede contarnos de sus experiencias en este sentido?
He aprendido mucho acerca de la vida y de las relaciones humanas. Lo más difícil es promover la autonomía de las personas; es decir que los beneficiarios entiendan que los proyectos y las iniciativas de ayuda están pensados para que ellos puedan tener un punto de apoyo para salir adelante.
¿Ha encontrado apoyos entre colegas profesionales?
Si. Siempre que he podido necesitar algún tipo de ayuda la he tenido y más cuando hablamos de proyectos de cooperación.
Diversas campañas buscan despertar la vocación científica y tecnológica entre las chicas, ¿cómo piensa que puede fomentarse esa vocación?
Primero es un tema de estructura. La ciencia y la investigación han de tener en la sociedad la relevancia que merece en función de ser un elemento clave para el futuro económico y social de cualquier país. Los políticos han de plasmarla en los presupuestos generales del Estado.
Luego hay acciones coyunturales (de reconocimiento social, de concesión de premios relevantes, de programas de medios de comunicación social...etc.) que sin duda pueden ayudar a fomentar el interés vocacional de las mujeres en su infancia y adolescencia.
Tiene una faceta emprendedora muy diligente. Si la investigación no recibe suficientes apoyos institucionales, ¿es el emprendimiento una salida para la ciencia
Quizás sea entonces la única salida existente. Pero la ciencia requiere a menudo el poder disponer de una infraestructura y de unos medios que no están al alcance de cualquiera. Por eso el apoyo institucional es tan importante.