1. ¿Qué es La Quinta Ola? ¿Por qué os lanzasteis con este proyecto?
La Quinta Ola nació cuando consideramos que había llegado el momento de dedicarse profesionalmente a algo que veníamos haciendo informalmente, de manera intuitiva, amorosa, sin dirección. Nuestra propia experiencia en el terreno del empoderamiento de las mujeres, nuestra formación en feminismo y todo el trabajo previo de las dos en el mundo del arte, la performance, el teatro, la comunicación y la creación de grupo de mujeres nos avalaban.
Vimos cómo nuestra experiencia daba fuerza a otras mujeres. Se contagiaba. La metodología de la Exigencia Cero, que creamos con Mujeres Imperfectas, realmente era eficaz: a nosotras nos estaba funcionando, nos empezábamos a convertir en dueñas y señoras de nuestras vidas. Para seguir creciendo, el cuerpo nos pidió abrirnos a otras mujeres, compartir, entrenar con ellas. En La Quinta Ola trabajamos con mujeres. Todas nos hacemos de espejo, pero también de cristal, de ventana a través de la que mirar.
2. Formáis parte del colectivo Mujeres Imperfectas, ¿cómo pensáis que nos afecta la autoexigencia? ¿De qué manera es limitante y nos influye a nivel personal, social, laboral...?
Las Mujeres Imperfectas dejamos de funcionar como colectivo hace un año aproximadamente. Cada una de nosotras había sabido aprovechar la fuerza del grupo y estábamos todas desarrollando proyectos individuales. Así, llegó un momento en el que nos pareció que no era necesario seguir manteniéndonos como agrupación. Pero el trabajo desde la Exigencia Cero sigue siendo una constante en nuestro día a día.
La vida moderna está repleta de exigencias que nos lastran y nos limitan. Muchas de ellas las tenemos tan interiorizadas que ni siquiera somos conscientes de ellas. El miedo a hacerlo mal, a no dar la talla, a ser insuficiente, es una poderosa arma de desactivación masiva. Con la Exigencia Cero eso no pasa porque te atreves, pruebas ‘qué pasaría si', te das permiso para equivocarte y entonces actúas.
3. Desde la Quinta Ola se hace hincapié en el empoderamiento femenino como elemento impulsor de la igualdad, ¿construir redes empodera? ¿Qué necesidades habéis detectado en vuestra Escuela de Empoderamiento?
Desde el momento en que algo tan simple como saber que "no estás sola" da fuerza, por supuesto que construir redes empodera. Si además trabajas en un espacio de confianza, donde hay libertad, sin etiquetas, ni caretas, lo que sucede es que te atreves, pruebas, entrenas... y todo eso luego se nota en tu día a día.
Las mujeres necesitamos pasar la teoría por el cuerpo. Lo que nosotras nos venimos encontrando es que sabemos que somos el segundo sexo, que sufrimos desigualdad, que los parámetros estéticos son una esclavitud, que la talla 38 "es el burka de occidente"... lo sabemos, pero no lo practicamos. Pasar de la teoría a la práctica a veces es una maratón. Después de asistir a un taller sobre el lenguaje sexista o la violencia simbólica, llegamos a nuestra casa, o nuestra oficina y seguimos poniéndonos en un segundo plano (o en un tercero), seguimos siendo complacientes con los otros, cumpliendo las expectativas de los demás, con una sonrisa, sin saber qué es lo que nosotras realmente queremos. Por eso creemos que lo que necesitamos es entrenar, poner en práctica la teoría, llevarse lo aprendido a casa.